Como en la primera clínica de Opendental, el esfuerzo ha sido lograr que la calle entre en el interior del local.
La espera es para los niños, los verdaderos protagonistas de esta clínica, un tiempo de juego. Un lugar donde disfrutar de la presencia del exterior a través de los grandes ventanales.
Por la noche, cuando los odontólogos están próximos a cerrar el local, los paneles de vidrio retroiluminado convierten la clínica en una lámpara que ilumina la acera.